Me atrevería a decir que el diseño de presentaciones ha sido durante mucho tiempo gran grueso de mi trabajo. 

Muchas empresas funcionan casi cada día, en cada proyecto, por medio de presentaciones a clientes, socios, potenciales partners... con propuestas, presupuestos, reports de resultados, informes...son muchísimos los momentos en que es necesario reunirse y presentar tus ideas, tu trabajo....en unas pocas, o no tan pocas, diapositivas.

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Puedes presentar sin sentido estético, ni conexión con tu marca, ni gusto ni estilo... o dejarlo en manos de un diseñador con capacidad para entender tu marca y tu contenido, y personalizar tus presentaciones para que presumas de ellas al exponer: información bien estructurada y jerarquizada visualmente, layout estético, pero también cuidado en usabilidad: interesante, atractivo y convincente.

Una buena presentación puede ser gran parte del éxito. Lo he visto, y vivido.

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Y este trabajo de diseño ha sido fundamentalmente de dos tipos:

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A partir de una presentación dada ya acabada por completo, en versión "fea-ayúdame-por-favor", que tengo que coger de una esquinita, y hacer un rediseño completo ya acorde totalmente con el contenido final.

 

O el encargo a modo plantilla para un determinado tipo de presentación, sin contenido definido, poco más que índice y secciones. A mí éstas me suelen gustar menos, porque siempre es más abstracto diseñar sin contenido base. Pero el objetivo en este caso es imprimir personalidad de marca en el documento, hacerlo único y propio, y sobre todo herramienta útil para sus futuros editores, bien una única persona o un equipo entero.